Análisis de expertos
¿Venezuela tendrá acceso a la vacuna contra la COVID-19?
Mientras Reino Unido y Rusia avanzan en la vacunación a gran escala en sus territorios, Estados Unidos considera aprobar varias candidatas antes de fin de año y los países informan cuándo la podrán obtener sus ciudadanos, la información de si Venezuela tendrá acceso a una de las vacunas que han logrado mayor efectividad es escasa ante la realidad de las sanciones al gobierno de Nicolás Maduro y la deuda de 11 millones de dólares que tiene el país con el fondo rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En junio, el exministro de Salud, José Félix Oletta, explicó en HispanoPost que el proceso a seguir para la obtención de una vacuna, una vez estuviese disponible y fuese aprobada, consistía en “poner en marcha protocolos de procura y compra mediante el fondo rotatorio de la OPS”. Sin embargo, hace una semana el director de Emergencias en Salud de esta organización, Ciro Ugarte, aseguró que debido a la deuda millonaria que tiene Venezuela con dicho fondo, el país no puede adquirir ningún tipo de vacunas a través de ellos.
Realidad que ya ocurría. Debido a esta deuda “las vacunas que se colocan en el país para atender distintas enfermedades son de donaciones de Unicef, Rusia e India” dijo Huniades Urbina, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, en agosto.
En consecuencia, vacunas para el rotavirus, neumococo, hepatitis A y varicela “son suministradas únicamente en centros privados cuyo costo es en dólares”, enfatizó Urbina.
Lo señalado por Ugarte a finales de noviembre supone descartar la posibilidad de acceso de los venezolanos a una vacuna por parte del fondo rotatorio de la OPS. Pero el vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Infectología, Manuel Figuera, explica que en este momento “no se sabe si las vacunas de COVID-19 serán distribuidas por este fondo” o a través de otros entes o farmacéuticas.
“La vacuna nos podría llegar por los aliados rusos o chinos. Mientras que las hechas por Pfizer y Moderna no hay modo que las tengamos por los requerimientos de cadena de congelación que tienen”, señala Figuera.
Explica que la creación de Pfizer requiere estar a -70 grados centígrados y la de Moderna, -20 grados centígrados para su distribución y conservación.
“Venezuela es atípica y estamos de últimos en la lista. Y aunque es probable un panorama en el que las pocas farmacéuticas que existen en Venezuela busquen distribuirlas, lo que ocurra aquí dependerá de lo que se haga de manera gubernamental”, afirmó el infectólogo.
Desde hace meses, la apuesta del gobierno de Maduro se ha inclinado hacia la Sputnik V, vacuna rusa cuya fase tres se realiza en distintos países entre los cuales está Venezuela. Y aunque al formar parte de este proceso se logra un convenio entre ambas naciones de asegurarle dosis, una vez aprobadas, a los Estados donde se realizó la etapa clínica, se desconoce cuántas serían y también cuándo.
El economista Francisco Rodríguez, fundador y director de Petróleo por Venezuela, explicó que un acuerdo entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro podría permitir la compra de vacunas porque a otros países “ninguna compañía estadounidense puede firmar un contrato de provisión de vacunas con Maduro”. “Tal contrato sería inválido porque Maduro no representa legalmente al país en Estados Unidos y si no hay un acuerdo entre Guaidó y Maduro, Venezuela no tendrá acceso a ellas”, dijo.
Aún no está claro cómo será el proceso para que los venezolanos se puedan vacunar contra la COVID-19, pero una vez inicie este proceso “se requerirán entre cuatro y seis meses para hacer efectiva la inmunización” según ha señalado el exministro Oletta.