Niños y adolescentes anhelan normalidad
“Pediría que 2021 sea un año sano y que podamos reencontrarnos”
Se acerca el fin de año y muchos esperan con ansias la llegada de 2021. La aspiración colectiva es “que este nuevo año sea mejor”, “que se acabe la cuarentena”, “que consigan la vacuna para la COVID”, sumados a un montón de deseos espirituales, sentimentales y materiales de quienes solo quieren cantar “Faltan 5 pa´las 12” y despedir al bisiesto con todas y sus trabas.
En HispanoPost nos preguntamos cuáles son los deseos de los más pequeños de la casa, así como de los adolescentes, y decidimos consultarles qué era lo que más y menos les había gustado de 2020. Las respuestas fueron sinceras y sentidas, al punto que muchos dejaron de lado los deseos materiales para pedir poder reencontrarse con sus familiares, amigos y maestros.
Carlota Vivas y Fabián Godoy fueron los entrevistados más pequeños. Ambos tienen 5 años y están de acuerdo que lo peor de 2020 fueron las clases en línea y no poder salir a jugar con sus amigos. “No me gustó estar en cuarentena y no poder salir, tener el tapabocas”, dijo Fabián, quien añadió que para el próximo año quisiera: “Que podamos salir a ver a los amigos y a la playa. Quiero que se vaya el coronavirus. Si lo tuviera que conocer le diría: ¡Vete! Porque es malo”. Él se imagina a la COVID-19 como “una persona mala, gordita y fea”.
Carlota también expreso un deseo bastante particular. “Lo que menos me gustó fueron las clases en línea, no me gustó que no fuera para el colegio todos los días, que no puedo ver a mis amigos, que no puedo ir de viaje. Espero que el año que viene sea sin clases, quiero que sea diferente y sin colegio, de vacaciones. Quiere celebrar su cumpleaños con gente, sin tapabocas y en la playa”.
Por su parte, Luis Alejandro de 8 años, insistió en que añora los momentos compartidos: “No puedo estar con los amigos. Lo que me cambió el coronavirus fue mucho, porque no puedo ir al colegio, ni encontrarme con mis amigos. Ha sido duro porque por la computadora es como raro. No puedo ir a ningún lado, no puedo ir al cine, es muy doloroso. Pienso que el coronavirus afecta a muchas personas, pero es muy doloroso ver a un familiar enfermo de eso. Pediría que 2021 sea un año sano, un mejor año y que podamos reencontrarnos con nuestros amigos”.
Un año de despedidas
Una de las cosas que provocó la llegada de la pandemia fue hacer que los niños experimentaran sentimientos negativos, como la pérdida, el duelo, la incertidumbre y las ansiedades. Sin importar su edad son capaces de razonar sobre la muerte, las despedidas y lo complicado de las distancias. Tal como lo detallan Sofía y Camila Vivas, ambas de 11 años de edad.
“Lo que menos me ha gustado de este año es que tengamos que estar encerrados sin poder abrazar a mis familiares y sin poder ir al colegio. Me gusta más estudiar en las clases presenciales porque en las virtuales me parece más difícil”, dijo Sofía. “Ahora me entretengo en mi teléfono o bajando al parque con mis amigos, pero a distancia. Yo me siento triste, no me gusta estar encerrada. No me gusta que la gente se enferme y no me gusta tampoco que la gente muera. Si tuviera que conocer al coronavirus lo rechazaría, porque no me gustaría tener a mi lado algo que esté afectando a las demás personas. Para 2021 pediría que el coronavirus se vaya”, agregó.
Camila recuerda que el coronavirus la distanció de su papá por muchos meses: “Lo que menos me gustó de 2020 fue que mi papá se fue por trabajo para Estados Unidos y como los vuelos estaban restringidos y no podíamos viajar, él se tuvo que quedar allá seis meses encerrado. Lo extrañaba mucho y me hacía mucha falta. Tampoco me gustó que yo también estuve muchos días encerrada. No podía salir, ir al cine, ver a mis amigos, ir al colegio y hacer todas esas actividades que hacía todos los días, cuando no había cuarentena. Espero que el próximo año sea mejor, que no haya pandemia, que podamos viajar, salir a pasear a la calle, ir al colegio y que todo sea normal como 2019”.
“Esto del coronavirus es horrible”, aseguró Mattías Gasper, de 11 años de edad. “Lo que menos me ha gustado es estar encerrado básicamente, la vida me cambió horrible, al punto de casi volverme loco por estar encerrado”. Espera que sus amigos estén bien, aunque no lo cree porque supone que lo están pasando “bastante mal” como él. Y aseguro que la experiencia de estudiar virtualmente ha sido muy dura porque “estoy a cada rato estudiando. Quisiera que 2021 sea sin coronavirus”.
También Sebastián, de 10 años de edad, contó que durante la cuarentena la vida le “ha cambiado porque no he podido ver a sus amigos, ha bajado el rendimiento en mis tareas; se me va de vez en cuando el Internet y eso es fastidioso”. Añadió que extraña ir al fútbol, viajar a Cumaná con sus abuelos e ir a la playa. “Ya no se puede hacer, estar aquí encerrado es un poco molesto. Sé que el COVID es una enfermedad peligrosa, que enferma más de lo que mata, pero igualmente es mejor no estar afuera, pero no quiero estar tanto tiempo encerrado. Para el año que viene quisiera poder hacer de nuevo todas esas cosas que ya no se pueden hacer”.
Un año para reflexionar
Sin embargo, los más grandes aseguran que, a pesar de las cosas malas, el año 2020 también les sirvió para reflexionar, destacarse en nuevas habilidades, reencontrarse con sus familiares y madurar de cara al futuro.
Sebastián, de 15 años de edad, calificó 2020 como un año de “retos”: “Estoy en mis 15 años y poder salir es parte del desarrollo, conocer a otras personas, poder salir y convivir con los demás, cosa que no he disfrutado para nada de esta cuarentena. Por otra parte, me ayudó a valorar las cosas y apreciar esos pequeños detalles que normalmente no hubiese descubierto. No me hubiese fijado y la posibilidad de poder discutir, hablar con mis padres y tener ese tú a tú con mi familia. Me dio la oportunidad de hablar de temas que jamás me hubiese imaginado que podía tocar y me dio la oportunidad de descubrir habilidades que yo no sabía que tenía y que en verdad disfruté mucho de eso”.
Él redescubrió una vieja afición. “Una cosa bastante interesante con la que me distraje fue el dibujo. Este es un hobby que había abandonado casi completamente y esta cuarentena me permitió mejorar mi técnica e incrementar mis habilidades en ello. Los primeros días de la cuarentena fueron muy difíciles de llevar. Tuve que adaptarme y aprender a cómo conllevar esta situación, pero no fue del todo malo, ya que pude aprender a llevar situaciones difíciles, a tener perseverancia, paciencia y ser una persona madura. Para este 2021 pido que la COVID se erradique o que sea posible controlarla y evitar una catástrofe”.
Betzalí Tinedo, de 14 año de edad, reconoció los cambios que suelen surgir durante la adolescencia y cómo le ha afectado la cuarentena. “Me ha afectado emocional y psicológicamente. Emocional porque me da mucha tristeza que me tengan alejada de mis compañeros, de los maestros, de mis familiares. Psicológicamente porque tengo muchos cambios de humor, a veces estoy molesta, a veces estoy feliz, a veces estoy alegre y a veces estoy triste”.